Mark Jones
Traductor: Valentín Alpuche
Como
pastor que tiene muchas familias bautistas en su iglesia (los cuales son buenos
cristianos, amigos queridos y con quienes participo de la Mesa del Señor), hay
varias cosas que hago resaltar típicamente, a fin de persuadirlos de la
necesidad teológica del paedobautismo (de bautizar a los niños). Algunas valen
la pena que las expliquemos.
El
bautismo no es una señal de la fe de mi hijo. Más bien, el bautismo es una
señal a la que mi hijo tiene que mirar y aceptar por fe. Muchos bautistas
hablan del bautismo como un símbolo de la fe del creyente. Sin embargo, los
teólogos reformados típicamente han entendido que el bautismo representa a
Cristo (Gálatas 3:27), en quien tiene que descansar nuestra fe. Por eso es que
no re-bautizamos (bautizar otra vez) a la gente que ha tenido crisis de fe.
•
Romanos 4:11 – la circuncisión no era una señal de la fe de Abraham. Así pues,
no era tampoco una señal de la fe de Isaac como bebé. Más bien, para Abraham e
Isaac, la circuncisión era una señal de la justicia del pacto de Dios. Era una
señal a la que tenían que mirar con fe.
En
el bautismo, Dios toma la iniciativa con nuestros hijos. En el bautismo Dios
les extiende su gracia (“Tú eres mi hijo, a quien amo”) y ellos deben responder
con fe al dulce hablar de Dios.
Además,
si mis hijos no son hijos del pacto – si ellos no tienen que ser bautizados
siendo bebés – entonces, ¿cómo sé de qué manera tengo que criarlos?
Por
ejemplo, ¿tenía Isaac alguna ventaja al recibir la señal de la circuncisión?
¿La bondad de Dios a Abraham fue incrementada por su bondad mostrada también a
su hijo Isaac? En otras palabras, ¿Nuestra “salvación tan grande” alcanza
solamente al individuo que cree? ¿O nuestra salvación incluye una promesa para
nuestros hijos? Consulte Hechos 2:39, donde la estructura refleja Génesis
17:1-8.
Este
es mi punto: ¿Es Dios menos bueno con nuestros hijos que lo que fue con los
hijos de Abraham? Si Isaac fue más bendecido por recibir la circuncisión (una
señal espiritual), ¿son nuestros hijos más bendecidos al no recibir ninguna
señal? ¿La señal fue dada para ayudar a los niños del pacto o para
perjudicarlos? En realidad, al negar a nuestros hijos una señal del pacto es
negarles una bendición de Dios. Por lo tanto, Dios concede menos gracia a los
hijos de los creyentes después de la resurrección que la que les concedía
antes.
Además,
¿cómo podemos agradar a Dios o hacer una obra verdaderamente buena? Tiene que
hacerse con fe, porque cualquier cosa que no es de fe es pecado (Romanos
14:23).
Pablo
manda a los hijos que obedezcan a sus padres en todo, que hagan buenas obras.
¿Por qué? Porque la obediencia a los padres “agrada al Señor” (Colosenses
3:20). Pablo habla a los niños como cristianos, y espera que ellos vivan como
tales (ver los saludos iniciales en Colosenses 1 y Efesios 1).
Pablo
no colorea o matiza su lenguaje. Simplemente dice a los niños que ellos agradan
a Dios cuando obedecen a sus padres. ¿No debe el modelo indicativo-imperativo
aplicarse a nuestros hijos cuando se trata de la obediencia? (Efesios 1-6,
especialmente Efesios 6:1: “en el Señor”). Es decir, nuestros hijos pertenecen
al pacto de Dios, reciben la señal del pacto (el indicativo), por lo tanto,
tienen que obedecer, se les manda obedecer a sus padres (el imperativo), lo
cual agrada al Señor y es una buena obra.
Cuando
mis gemelos (de 4 años) pecan uno contra el otro y necesitan pedir perdón,
¿tengo razones para decir: “Mateo, porque Dios te ha perdonado, no debes
perdonar a tu hermano también?” (Efesios 4:32). ¿O simplemente debo decir:
“Perdona, porque eso es lo correcto?” Sin ningún indicativo o razón, sino
simplemente como una clase de argumento de “ley natural”.
Permítanme
enfatizar esto un poco más para mejor claridad:
Cuando
uno de mis cuatro hijos peca, típicamente,
1.
Los reprendo y les explico su pecado (mostrándoles la gracia de Dios, ¿o no?).
2.
Les digo que se arrepientan y oren a su Padre celestial para que los perdone
(mostrándoles la gracia de Dios, ¿o no?).
¿Sobre
qué bases puedo asegurar a mis hijos que están perdonados? (1 Juan 1:9). ¿O no
están perdonados? No se nos manda conocer infaliblemente el decreto de Dios. Se
nos manda aceptar las promesas de Dios, como se revelan en su Palabra.
Cuando
mis hijos miran a Jesús con fe para que sean perdonados, no es diferente cuando
ellos miran a su bautismo para tener seguridad del perdón porque ambas cosas
incluyen mirar a Cristo, ya sea para el de 4 años, o para el de 8 años. Lo
mismo se aplica al creyente de 80 años.
Esto
tiene sentido para mí como paedobautista, como uno que bautiza infantes.
Pero
si mis hijos no están bautizados, si ellos no pertenecen a la iglesia visible,
si ellos no llevan el nombre de cristiano, entonces no sé qué razones tengo
para:
1.
Orar con ellos a “nuestro” – no “a mi” – Padre.
2.
Decirles que “agradan” a Dios al ser obedientes.
3.
Asegurarles que “sus” pecados están perdonados cuando se arrepienten.
Me
parece que aquí una vez más los padres bautistas son muy inconsistentes al
cantar salmos e himnos con sus niños, al adorar con sus niños, pero no llaman a
sus hijos cristianos porque no han sido bautizados.
Si
tu hijo de 4 años peca y él ora para que sea perdonado, ¿le aseguras que está
perdonado? ¿O le dices: “bueno, Juanito, no podemos conocer el decreto de Dios,
y un día puede que alejes de la iglesia, así que esperemos que Dios te haya
perdonado, y hablaremos de esto otra vez cuando seas lo suficientemente mayor
para que te crea?”
¿Cómo
puedes asegurarle a un niño que está perdonado, pero negarle la señal que
simboliza el perdón?
Entonces,
¿por qué bautizo niños? Porque los trato como cristianos, no como paganos. El
paedobautismo, el bautizar niños, me permite hacer eso de manera consistente,
amonestándoles a una vida de arrepentimiento y fe. Y porque Dios dice a mi
hijo: “Tú eres mi hijo, a quien amo”.
Realmente muy claro y educador el articulo, espero que muchas personas lo puedan leer.
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