Cristiano ex musulmán que estuvo un año detenido en un “campo vocacional” en China dijo que había renovado su fe.
Muchos musulmanes que deciden seguir a Cristo, en China, son enviados a los “centros de educación y entrenamiento vocacional”. Así es como el gobierno llama a los lugares, donde las personas que enfrentan el comunismo, sufren “lavado cerebral”.
El proceso de “reeducación” incluye anuncios que ensalzan al dictador chino XI Jinping, así como canciones patrióticas que alaban al régimen comunista. Después de ser enviado a uno de estos campos, Ehmet (nombre ficticio por cuestiones de seguridad) comenzó a evangelizar, aun sabiendo que no está permitido.
De Acuerdo con Puertas Abiertas, al principio estaba muy preocupado, ya que estaban detenidos allí otros miembros de su familia. Él pensó que sería liberado en un mes, pero, pasaron más de tres meses y seguía preso.
En medio de la depresión.
Ehmet se deprimió y comenzó a cuestionar su realidad. ¿Qué tipo de vida es esta?? Preguntó observando las manecillas del reloj. Pasó un año y decidió entregarle su situación a Dios.
En oración, el cristiano decidió rendirse al Señor. “El Señor es quien decide cuando debo salir de aquí” dijo. Según relatos de Puertas Abiertas, una paz lo invadió y sintió una sensación de libertad para enfrentar cualquier tipo de dificultad.
Al poco tiempo, fue transferido a otro campo donde había más cristianos. Sin permiso para conversar, se comunicaban a través de miradas y gestos. Y eso fue suficiente para animar al grupo.
El año pasado, Ehmet fue liberado. Un colaborador de Puertas Abiertas, compartió: “Ahora que está en casa, la vigilancia continua, pero esto no acabo con su vibrante fe. Continúa creyendo en el Señor. El tiempo en el campo de reeducación, en realidad, profundizó la fe de este hombre y renovó su intimidad con Dios. No solo eso, a pesar de las restricciones, tiene un nuevo coraje para compartir el Evangelio, incluso son sus vecinos.
Traducción: Lenin MDS
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