¿Qué nos salva: La Fe o las obras?

Por : R. C. Sproul

Hay muchas personas que creen que si llevan una vida de bien, ya han hecho lo necesario para entrar al cielo. Depositan su confianza para satisfacer las demandas de la justicia de Dios sobre la buenas obras que han realizado.La ley de Dios requiere perfección. Como no somos perfectos carecemos del bien necesario para entrar al cielo. Por eso es que es imposible alcanzar el bien viviendo una vida de bien. La única manera de alcanzar el bien es confiando en la justicia de Cristo. Su mérito es perfecto y está a disposición nuestra por la fé.

Cuando Santiago declara que la fe sin obras es muerta, está afirmando que dicha "Fe" no puede justificar a nadie porque no es una fe viva. La fe viviente produce buenas obras, pero estas no son la base para nuestra justificación. Ünicamente el mérito logrado por Jesucristo puede justificar al pecador.

La fe verdadera acepta a cristo como Salvador y Señor. Depender sólo de Cristo para la salvación es el reconocer la más completa dependencia de nuestra persona en Él y el arrepentirse de nuestros pecados. Arrepentirse de los pecados es someterse a la autoridad de Cristo.

Aunque nuestras buenas obras no nos hacen merecedores de la salvación, son la base sobre la cual Dios nos promete distribuir las recompensas en el cielo.

Cristo murió en la cruz por nuestros pecados. Siendo libre de pecado Dios lo mandó para que pagara por nosotros. Nadie merece el cielo, no lo ganamos, sino que la única manera de poder entrar es por gracia y misericordia de Dios. Nuestra entrada al reino de Dios es unicamente por la fe.

En resumen... Que nos salva: La fe o las obras? Definitivamente sólo la fe en Cristo Jesús. Sólo él es quien nos puede salvar. Cual es la solución: Creer en Cristo, aceptarlo como tu Señor y Salvador y confiar en sus promesas.

bY LeMS

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“Cualquier hombre que piensa que es cristiano y que ha aceptado a Cristo para la justificación sin haberlo aceptado al mismo tiempo para la santificación, se halla miserablemente engañado en la experiencia misma”

Archibal A. Hodge

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