EL CAMINO A LA SALVACION

¿Qué tienen que ver nuestras buenas acciones con nuestra salvación?

Preguntas y respuestas con el Dr. R. C. Sproul.

Desde una perspectiva, nuestras buenas acciones no tienen absolutamente nada que ver con nuestra salvación; desde otra perspectiva, tienen una total relación con ella. Este es el debate central que ha surgido entre los cristianos aun desde la Reforma protestante. Estoy persuadido de que nuestras buenas acciones jamás merecen la salvación. Merecer la salvación significaría ganarla. Las acciones tendrían que ser tan buenas, tan perfectas, sin mezcla de pecado en ellas, que impusieran sobre Dios una obligación de concedernos la salvación. Creo que el Nuevo Testamento es abundantemente claro al enseñar que ninguno de nosotros vive una vida lo suficientemente buena como para ganar la salvación. Recibimos la salvación de Dios siendo pecadores (Ef. 2:1-6). Es por eso que necesitamos un Salvador, una expiación —y la razón por la que necesitamos gracia—.

La gente dice a menudo “Nadie es perfecto”. Todos estamos de acuerdo con eso. Pero ni siquiera una persona entre mil se da cuenta de cuán significativa es esa afirmación. De algún modo creen que Dios va a calificar sobre una curva y “mientras mi vida sea menos pecaminosa que la de otro, entonces, relativamente hablando, es lo suficientemente buena como para entrar en el reino de Dios”. Olvidamos que Dios requiere una obediencia perfecta a Su ley, y si fallamos en obedecerle de manera perfecta, tendremos que mirar hacia otro lado en busca de un camino a la salvación.

Aquí es donde entra Cristo. Cristo hace que Su mérito esté disponible para nosotros. Cuando yo confío en Él por fe, entonces Su justicia pasa a ser mi justicia a los ojos de Dios. Así que es Su buena obra la que nos salva —no las nuestras—.Sin embargo, somos llamados a obedecer en una respuesta de gratitud. Jesús dijo “Si me amáis, guardad mis mandamientos”. Martín Lutero enseñó que la justificación es sólo por fe, pero no por una fe que viene sola. Una persona que confía verdaderamente en Cristo y descansa en Cristo para su redención, recibe los beneficios del mérito de Cristo por fe. Pero si esa persona tiene verdadera fe, esa verdadera fe se manifestará en una vida de obediencia. Dicho en términos simples, llego al cielo por la justicia de Jesús, pero mi recompensa en el cielo será distribuida de acuerdo a mi obediencia o la falta de ella.

©1996 by R.C. Sproul. Used by permission of Tyndale.
http://www.ligonier.org
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“Cualquier hombre que piensa que es cristiano y que ha aceptado a Cristo para la justificación sin haberlo aceptado al mismo tiempo para la santificación, se halla miserablemente engañado en la experiencia misma”

Archibal A. Hodge

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