Por Guillermo
Green
Un hombre pobre había vendido todo lo poquito que tenía y salió
por los caminos a buscar una nueva vida. En un lugar desolado le salió al
encuentro un extranjero, quien le mostró algo en su mano. "Es un diamante
de extrema pureza. Su valor supera todo lo que tú puedas comprar. Entréguelo
solamente en el lugar que yo le diré luego, y por el precio que se te dará
tendrás más que suficiente para el resto de tu vida, y para heredar a muchas
generaciones que vienen". Dicho eso, se desapareció el extranjero.
El pobre miraba aquella pieza inmensa, lo envolvió, y siguió su
camino pensando en su buena suerte. Llego luego a un poblado, y a la orilla del
camino había tiendas de joyas. En la primera paro a admirar aquello, pero el
vendedor, al ver su aspecto humilde, lo insulto: "¡Vete mendigo! Mi oro
vale mucho más de lo que tú tienes". Al escuchar estas palabras, el pobre
metió su mano en su alforja y saco el diamante. Brillaba en el sol con rayos
azules y plateados. El vendedor cambio su tono de inmediato. "Ah, veo que
podemos negociar, claro, claro. Tengo precisamente lo que tú buscas". Le
mostró una cadena de oro puro, un brazalete de oro puro, y una pieza cruda
grande de oro puro. Cuando el pobre vio tanto oro puro, que junto pesaba mucho
más que su diamante, hizo el cambio, y siguió su camino.
En el próximo poblado había otros vendedores de joyas, esta vez de
plata. Su curiosidad le llevó de nuevo a una de las ventas, pero el vendedor lo
trato bruscamente, como el vendedor de oro lo había hecho. Pero cuando el pobre
le mostró su oro, el vendedor de plata le ofreció cinco piezas de plata más una
bola redonda grande de plata a cambio de su oro. Su carga se hizo más pesada de
lo que era el diamante, pero el pobre estaba convencido que la cantidad de
plata era mucho más valioso que aquel "pequeño" diamante".
Pues, mientras siguió su camino, el hombre pobre sé encontró con
un vendedor de bronce y salió con una urna inmensa que era bronce puro, según
el vendedor. Costaba llevarla porque pesaba tanto, pero el hombre pobre estaba
seguro de que valía la pena. ¡Era inmensa y pesada! ¡Debía valer mucho! Pasó
por los que vendían hierro, y cambio la urna por una carreta hecha de hierro
puro, según su vendedor. Al final cambio la carreta por una gran tabla de
madera tan grande que no la podía alzar. Se sentó junto a su tabla,
admirándola....
1. PRESBICOSTESES INCONFORMES
Hay una generación de Presbiterianos inconformes con su diamante,
y lo van cambiando por otras versiones evangélicas que les llaman la atención.
Les parece que el oro es mejor que el diamante que tenían, o la plata, o el
hierro, o un pedazo de madera. Queremos analizar un poco este fenómeno que
muchas iglesias están experimentando. Por lo general, la atracción viene desde
el ala neopentecostal, de modo que las iglesias presbiterianas absorben
elementos "pentecosteses"
mientras quieren seguir siendo "presbiterianas". Este híbrido
extraño de "presbicosteses" denigra a los dos. Ningún presbiteriano
realmente puede ser un buen Pentecostés, hablando lenguas, bailando y cayéndose
"en el Espíritu" y compartiendo visiones y unciones. Es algo patético
cuando los presbiterianos mal imitan a los pentecosteses. Pero consideremos
algunos aspectos de este fenómeno.
(Nota: el término 'Presbicostes, no fue mi invento, sino de un
amigo mío.
2. QUEREMOS ALGO NUEVO
Casi siempre lo que motiva a una iglesia a introducir practicas
pentecostales es el deseo de "algo nuevo". Yo quisiera compartir
todas las veces y todas las iglesias que he visto comenzar por ese camino; son
muchas. Y estoy convencido que el asunto no es que se considere "lo
nuevo" como una versión superior de teología. Al contrario, estoy
convencido que en la gran mayoría de los casos ha muerto casi por completo toda
sensibilidad teológica. El deseo de "lo nuevo" nace precisamente en
un vacío nebuloso teológico.
En mi experiencia, he visto que el clamor por "algo
nuevo" es el suspiro de muerte de lo que antes era. Una iglesia
presbiteriana que pide "algo nuevo" lo puede tener, pero debe quitar
su rótulo que dice "Iglesia Presbiteriana". Realmente lo que se está
buscando es una nueva identidad, otra iglesia diferente, no fundada sobre
conocimiento, doctrina sana, sino algo siniestro: al parecer humano cambiante.
¿Cuáles son las cosas nuevas que se piden? Generalmente tiene que
ver con el culto y las canciones. ¡Pero el culto y las canciones son unas de
las cosas que nos identifican como Reformados históricos! Personalmente no
estoy en contra de buscar nuevos cánticos bíblicos para el culto. Pero lo que
he visto es que los buenos himnos históricos se sustituyen con alguna
versión de música clonada de Marcos
Witt, etc. Todas suenan igual, todas dicen los mismo y pocos en las
congregaciones las pueden cantar o las quieren cantar.
"Lo nuevo" incluye por supuesto quitar el llamado a la
adoración, la confesión de pecados, la oración congregaciónal y prácticamente
todos le elementos bíblicos (léase el 'diamante') para crear un culto
antropocentrico desprovisto de toda sustancia, tipo Enlace. ¡¿Cómo es posible
que si algunos alzan las manos y cierran los ojos creamos que estamos casi en
el tercer cielo?! ¡Ojo el truco! ¡Nos están cambiando cosas inferiores por
nuestro diamante!
Los moribundos piden morfina. Y muchos pastores están dispuestos a
suministrar la morfina en dosis letales en lugar de orar a Dios y luchar por la
sanidad del paciente. Ahora que tenemos solamente un gran tablón de madera en
lugar del diamante que nos fue heredado, nos sentamos a dejar que la vida pase.
¡Despertemos compañeros! Nos están robando.
3. ¿QUE HA PASADO?
Soy estudiante de la historia, y me he propuesto a observar y
estudiar un poco la historia de varias denominaciones Reformadas. Algunas
denominaciones duraron sus años antes de perder su identidad, mientras otras
murieron rápidamente. Pero casi no hay denominación que haya durado más de un
siglo sin volverse liberal o sin perder su identidad original.
Pasé mi juventud en una denominación que durante la década de los
50 y 60 era una iglesia Reformada bien confesional, fuerte en misiones,
escuelas cristianas, ministerio de radio y otros. Pero nada más entrando la
década a la década de los 70 y luego los 80, perdió su identidad casi de la
noche a la mañana. Sus teólogos comenzaron a cuestionar la infabilidad de la
Biblia, la historicidad de Adán, las enseñanzas bíblicas sobre género, etc., de
modo que hoy esta denominación está bien encaminada hacia el liberalismo. ¿Qué
lo que pasó?
Mi opinión es que los predicadores aburrieron a sus oyentes hasta
matar su fe. Recuerdo haber escuchado a algunos de esos predicadores. Nunca
predicaron herejía, pero sus sermones eran tan aburridos y tan irrelevantes,
que mataron todo interés en la salvación y en la Biblia. Muchos se limitaban a
predicar unos buenos consejos, unas moralejas, y a realizar algunas visitas
cuando era necesario. No tenían ninguna pasión por los perdidos. No tenían
interés alguno en las misiones, en él discipulado, ni en asegurar que las
futuras generaciones expandieran el evangelio. Se conformaron con cumplir con
los deberes normales de su oficio. Era imposible para estos predicadores
apasionarse del evangelio de Jesucristo. La 'justificación por la fe' era algo
enseñado a los catecúmenos (también de forma aburrida), no motivo de
"gloriarse" como afirma Pablo en Romanos 5:2.
El resultado del aburrimiento era que las congregaciones
comenzaron a pedir "algo nuevo". ¡Claro! Ante semejante frialdad en
el púlpito querían algo. Y al haber matado todo discernimiento, lo
"nuevo" era cualquier cosa que los mantuviera despierto por una hora
de culto.
Predicadores irrelevantes y malos son una de las causas
principales porque la iglesia comienza a pedir "algo nuevo".
Pero hay otro motivo. Predicadores infieles. En toda iglesia
Presbiteriana se pide que el predicador, al ser ordenado, tome un voto ante el
presbiterio de que sostiene la Confesión de Fe como fiel interpretación de la
Biblia, y promete promover su sistema de doctrina. Pero en la práctica muchos
no lo hacen. ¿Cuál es la evidencia de esto?
El canal de Enlace promueve una versión apóstata y herética del
cristianismo que muchos grupos Neo-pentecostales imitan. La doctrina de Enlace
es antitética a toda confesión histórica de fe Reformada. No es
"diferente" ni "nuevo". Ha existido desde los falsos
maestros en el tiempo del Nuevo Testamento quienes hacían
"mercadería" de sus oyentes (2 Pedro 2:1-3). Ha existido desde que
los "súper-ungidos" (los anti-Cristos) negaban que Jesucristo fuera el
ultimo y máximo "Ungido" (ver 1 Juan 2:18-26). La religión apóstata
neopentecostal no es ni "diferente" ni "nuevo".
Pero los pastores infieles a su voto ante su presbiterio, quienes
tienen el deber de cuidar y defender el rebaño, están permitiendo que sus
congregaciones miren al Neo-pentecostalismo como una opción para
"avivar" su culto. ¡Esto es como dirigir a un sediento a la cloaca
para que encuentre agua! El mensaje, la música y el ambiente, tomando el
ejemplo de Enlace, tiene una misma meta: engañar al incauto para enredarlo en
su falso evangelio antropocentrico. No hay
nada redimible. Recordando el ejemplo de la parábola, estos pastores son los
malos vendedores que siguieron engañando al hombre pobre, cada vez con algo de
menos valor, hasta quedar con algo "grandioso" en tamaño ¡pero sin
valor ni uso!
Necesitamos pastores más
sinceros. Si han desechado su confesión Reformada, que lo digan y que renuncien
a sus cargos. Recordemos que los mentirosos no heredarán el reino de los
cielos. Menos los líderes mentirosos. Esto es
un asunto muy serio de integridad. Podría perder su trabajo, pero ¡podría
salvar su alma!
4. QUE SE DEBE HACER ANTE LA PETICION POR
LO "NUEVO"
Lo primero que hay que hacer es revivir la predicación eficaz y
apasionada de las grandes doctrinas Reformadas. Antes de arrojarse de cabeza
hacia un abismo desconocido, es mucho mejor afirmar los pies sobre lo conocido
y lo aprobado. Urge recuperar el lugar de la predicación bíblica.
En nuestros tiempos pragmáticos todos claman por unos cuantos
consejos sobre cómo componer alguna área de su vida. Lamentablemente muchos
pastores cayeron en la trampa. En lugar de hacer un buen trabajo profundo de
exégesis, y luego ordenar un buen sermón con explicación y aplicación, se
dejaron ir por la psicología, por lo "practico" superficial, y hoy
muchos son incapaces de interpretar bien un pasaje de la Biblia según
principios exegéticos sanos. Demasiados pastores cargaron sus bibliotecas de
libros sobre auto-ayuda, o técnicas para esto o lo otro, y no comentarios
bíblicos. Si dedican tiempo estudiando, es para buscar cuatro o cinco
"claves" para el éxito.
Urge un retorno a la práctica que dio a luz a las iglesias
Reformadas: la predicación expositiva buena, eficaz y apasionada de la palabra
de Dios. Una de las deficiencias hoy es la falta de predicar la historia de la redención. Cuando el predicador
pierde de vista la historia de la redención, entonces cada parte de la Biblia
termina siendo lo mismo: un relato con buenos consejos. Pero cuando recuperamos
el gran panorama de la redención, el predicador deberá manejar siempre las
grandes verdades de la creación, la caída en el pecado, la redención en Cristo
y el establecimiento del reino de Jesucristo. Su predicación se tornará urgente
y practico. No hay nada más práctico que ¡ser salvo del infierno! Y no hay nada
más práctico que ofrecer su vida como sacrificio vivo a Jesucristo en las
formas claras que la doctrina Reformada lo ha definido históricamente. CLIR
está haciendo un esfuerzo por llenar la necesidad de buena literatura, y puedo
recomendar El pueblo de la promesa, por S. G.
DeGraf, con los comentarios de Juan Calvino entre otros (ver www.clir.net/libros.html).
No solo estoy seguro, sino que lo he visto y comprobado: cuando la
palabra de Dios es declarada llana y claramente, la congregación no pide algo
"nuevo". Le basta y le sobra el glorioso mensaje de la gracia de
Jesucristo. Le basta y le sobra buscar formas concretas de servir a Dios y a su
prójimo sin necesidad de nuevas modas que los entretengan.
En segundo lugar, los predicadores deben pedir a Dios
discernimiento, y luego dedicar más esfuerzo a analizar las corrientes que no
armonizan con la Palabra de Dios. En varias conversaciones me he dado
encontrado con pastores y ancianos que no se mes tan esforzando por hacer una
labor de análisis. ¡No hay excusa por la pereza en materia espiritual! Un
pastor o anciano que no es capaz de distinguir el mensaje falso del
Neo-pentecostalismo no debe estar en ese puesto. Un pastor o anciano que no
sabe la diferencia entre Enlace y la Confesión de Fe de Westminster no debe
estar en ese puesto.
En tercer lugar, los predicadores necesitan pedir a Dios una dosis
suficiente de valentía para poder denunciar lo malo cuando sea necesario. Parece
que muchos predicadores no conocen la Biblia. O convenientemente olvidan
pasajes claves. Pero deben saber que a la cabeza de la fila yendo al infierno
están "los cobardes" (Apoc. 21:8). Hoy no es tarde si un predicador
ha descuidado su oficio como atalaya. Todavía hay oportunidad de redimir el
tiempo. Pero si llega el día del juicio será tarde. No hay excusa para un predicador que no esté
dispuesto a señalar la falsa doctrina y nombrar a los falsos maestros, especialmente si están engañando miembros de su
propia congregación.
En cuarto lugar, tal vez el deseo de la congregación por
"algo nuevo" es porque en su iglesia se realiza mal
un culto Reformado. Como en todo, es posible ser descuidado al preparar el
culto. Si el que dirige no toma el tiempo apropiado para escoger buenos
pasajes, para presentar un culto coherente que tiene sentido, y que se apoyen
las diferentes partes del culto junto con el sermón, entonces le cuesta a la
congregación ver la armonía en la liturgia. Los Reformados podemos reconocer
que la pereza al preparar el culto puede contribuir a que sea bien aburrido,
¡por supuesto! Pero la solución no es convertir el culto en un culto
pentecostal. ¡Hay muchos cultos pentecostales aburridos también! La solución es
hacer bien el culto Reformado. Hacia este fin puedo recomendar el libro adoración bíblica
por Nicolás Lammé, publicado por CLIR.
5. ¿PRESBICOSTESES?
No existe tal cosa. Si no es "Presbiteriano" o
"Reformado" pleno, no puede ser "mitad Reformado". El
Sínodo de Dort hace 400 años aclaró que el arminianismo es totalmente
incompatible con el Calvinismo. Hace 400 años la Asamblea de Westminster aclaró
bíblicamente que cesaron las revelaciones, visiones y apóstoles. Las
revelaciones especiales de Dios habían cesado cuando finalizó el Nuevo
Testamento, y el principal medio de revelación hoy es las Sagradas Escrituras.
"Revelaciones, profecías y visiones" como lo practican los de Enlace
y el movimiento neopentecostal son herejías y anti-Reformadas.
El diamante es diamante. Todo lo demás no es diamante; es inferior.
6. CONCLUSIÓN
Nadie me ha dado una buena razón porque cambiar nuestra herencia
Reformada por alguna versión del neopentecostalismo. No hay razones
convincentes, ni teológicas ni prácticas. Los problemas que hay dentro del seno
Reformado y Presbiteriano no son consecuencia de nuestra herencia teológica.
Los problemas surgen por aquellos que no son Reformados, son Reformados pero no
conocen bien su propia teología.
Muy apreciado lector. Si tú perteneces a una iglesia que practica una
fe histórica ¡no cambie su diamante por nada! Puede pulirlo, si. Puedes
limpiarlo para que brille más, si. ¡Pero no lo vendas! Esa venta te saldrá mal,
te lo aseguro. Solo entrégalo cuando el mismo Señor Jesus te lo pida para
cambiarlo por la gloria celestial eterna.
Soli Deo Gloria
bY LeMDS
Lo que sinceramente NO veo en la gran mayoria de las iglesias Presbiterianas es un enfoque fuerte en misiones. Se habla mucho de esto en estos medios, pero la realidad es otra...
ResponderBorrarEs correcto su comentario. . .
ResponderBorrarPastor sosa me puede platicar más sobre lo que usted comentó. No pertenezco a ninguna iglesia pero no concibo la misma idea con los prebisterianos. Mi número de celular es 7831043470 me gustaría saber más acerca de eso.
ResponderBorrarPastor sosa me gustaría me explicará más sobre esto. No pertenezco a ninguna iglesia pero tampoco concuerdo con la iglesia prebisteriana
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