La Obra Literaria de Juan Calvino



Por: Dr. Alderi Souza de Matos

Uno de los mayores legados de Juan Calvino al movimiento Reformado y al mundo fue su extraordinaria producción literaria. Las obras del reformador de Ginebra impresionan no sólo por su volumen, sino por su calidad y erudición, especialmente en los campos de la Teología y de la Interpretación Bíblica. La totalidad de los escritos de Calvino llenan nada menos que 59 gruesos volúmenes de la colección conocida como Corpus Reformatorum. Los frutos de esta reflexión se encuentran divididos en seis categorías.
 
(A) La Institución: Calvino produjo en total ocho ediciones de su obra magna en latín y cinco traducciones al francés. La 1ª edición (1536) tenía sólo seis capítulos y la última (1559) totalizó ochenta. Esta edición equivale en tamaño al Antiguo Testamento sumado a los evangelios sinópticos y sigue el patrón general del Credo de los Apóstoles, teniendo como objetivo ser una guía para el estudio de las Escrituras. Se compone de cuatro libros: I. El conocimiento de Dios, el Creador; II - El Conocimiento de Dios, el Redentor; III - La manera en que recibimos la gracia de Cristo; IV. Los medios externos por los cuales Dios nos invita a la comunión con Cristo.

(B) Comentarios de la Biblia: Los comentarios de Calvino son un complemento importante de su Institución. Escribió comentarios sobre todos los libros del Nuevo Testamento (excepto 2 y 3 Juan y Apocalipsis), así como sobre el Pentateuco, Josué, Salmos e Isaías. Además, se preservaron sus prelecciones sobre todos los profetas.
 
(C) Sermones: En sus predicaciones, Calvino hacia una exposición sistemática de los libros de la Biblia. Acostumbraba predicar sobre el Nuevo Testamento los domingos y sobre el Antiguo Testamento durante la semana. Sus sermones eran anotados taquigráficamente por un grupo de leales refugiados franceses. La serie Corpus Reformatorum contiene 872 sermones del reformador.
 
(D) Folletos y tratados: Calvino escribió muchas obras de naturaleza apologética al discutir con católicos, anabaptistas, libertinos y otros grupos. Algunos ejemplos son la respuesta al cardenal Sadoleto, reacciones al Concilio de Trento y la cuestión de las reliquias. Otros escritos suyos tratan temas como la Cena del Señor, la doctrina de la trinidad, la predestinación y el libre albedrío.
 
(E) Escritos eclesiásticos: El reformador también produjo muchos textos centrados en diferentes aspectos y necesidades de la vida de la Iglesia (escritos catequéticos, confesionales, litúrgicos y otros). Entre ellos se encuentran: Instrucción y Confesión de Fe, Ordenanzas Eclesiásticas, Catecismo de la Iglesia de Ginebra, Salterio de Ginebra, Forma de Oraciones y Cantos Eclesiásticos y confesión Galicana.
 
(F) Cartas: Por último, Calvino produjo una voluminosa correspondencia dirigida a otros Reformadores, líderes de diferentes países, iglesias perseguidas, creyentes encarcelados, pastores y colportores.
 
Un autor observa que el Reformador de Ginebra escribió más en un plazo de treinta años de lo que una persona puede estudiar y digerir adecuadamente durante toda una vida. Sus escritos nos muestran el teólogo, el exegeta, el polemista, el pastor y, sobre todo, el cristiano preocupado en glorificar a Dios y honrar su Palabra. Este esfuerzo contribuyó con la difusión del movimiento Reformado por casi toda Europa.
Sobre el autor

Alderi Souza de Matos es profesor de Historia de la Iglesia y coordinador del área de Teología Histórica del Centro Presbiteriano de Postgrado Andrew Jumper, en São Paulo. Es Master en Nuevo Testamento por la Amdover Newton, Theological School, Massachusetts, EE.UU., y doctor en Historia de la Iglesia por la Boston University School of theology. Alderi es ministro de la Iglesia Presbiteriana de Brasil e historiador oficial de esa denominación.

fuente: http://monergismo.com/alderi-souza-matos/a-obra-literaria-de-calvino/

Traducción: AI. Lenin MDS
[08 Septiembre 2017]
Mendez0211@gmail.com

3 comentarios:

  1. El artículo concluye definiendo a Calvino como pastor y cristiano, y en su obra Institución de la religión cristiana, según la traducción de Cipriano de Valera, dice en el libro I, capítulo IV, punto II: "En cuanto a lo que dice el rey David, que los impíos e insensatos sienten en sus corazones que no hay Dios, en primer lugar se debe aplicar únicamente ha aquellos que habiendo apagado su luz natural, se embrutecen a sabiendas. De hecho se encuentra a muchos que después de que se endurecen con su atrevimiento y costumbre de maldad, arrojan de sí furiosamente todo recuerdo de Dios."

    También escribió Bartolomé Carranza de Miranda arzobispo de Toledo y primado de España y el más desconocido caso del santo oficio procesado en España en su obra: Comentarios sobre el catecismo cristiano, edición de 1558, impresa en Amberes en casa de Martín Nucio, 7-8pp., y que fue declarada en la sentencia papal de la causa inquisitorial mencionada anteriormente, por el papa Gregorio XIII: como prohibida, lo siguiente: "Todos los que han tratado de enseñar los rudimentos y principios de nuestra religión cristiana, especialmente los doctores antiguos, todos han seguido esta orden de declarar al principio lo contenido en estas dos reglas de fe (el símbolo de los apóstoles y el símbolo niceno) que vulgarmente llamamos símbolo de nuestra fe y de nuestra religión. (...) Después hizo otro Atanasio obispo de Alejandría que declara a los dos pasados. (...) La razón es una luz natural que nace del alma del hombre y le alumbra en todo lo natural para conocer lo bueno y lo malo, lo que es virtud y lo que es vicio; esta nos alumbra hasta mostrarnos a Dios, que es nuestro Hacedor y Autor de todas las cosas, que es Uno, que es Justo, Bueno, Sabio, y Todopoderoso.

    Por todo lo mencionado no he logrado entender al autor Calvino y su doctrina que llama cristiana, por los hechos inquisitoriales más severos que produjo contra un pobre hombre inconsciente que nunca renunció ni ante la muerte, en afirmar tener fe en el Creador y en su Hijo unigético. Habiendo podido ser castigado y encaminado a la razón mediante prisión.

    Un saludo desde Santiago de Compostela.

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    1. Buenas. Creo que no es cierta tu afirmación, primero Calvino no orquestó ni llevo a cabo la inquisición contra Servet, fue la iglesia católica romana. Tampoco el ordenó la muerte de Servet. Es más, en todo el tiempo de Calvino en Ginebra, nunca se produjo una muerte por inquisición a excepción de la de Servet, y como ya dije, no porque Calvino lo haya ordenado.

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  2. pagina muy buena informacion

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“Cualquier hombre que piensa que es cristiano y que ha aceptado a Cristo para la justificación sin haberlo aceptado al mismo tiempo para la santificación, se halla miserablemente engañado en la experiencia misma”

Archibal A. Hodge

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