′′EL PROBLEMA CON LA 'ADORACIÓN ELECTRÓNICA' ES QUE TERMINA CONVIERTIENDOSE EN UNA ′′ ADORACIÓN PLATONICA′′

Por N. T. Wright

′′En países como el mío, donde las iglesias (entre otros lugares de culto, incluyendo las sinagogas y mezquitas) han sido cerradas, por razones completamente comprensibles, existe el peligro de enviar accidentalmente la señal equivocada a todo el mundo. En los últimos trescientos años, el mundo occidental ha considerado la ′′religión′′ (la propia palabra ha sido cambiada de significado para dar cabida a este nuevo punto de vista) como un asunto privado, ′′lo que alguien hace en particular′′. La fe cristiana como un todo ha sido reducida, en la esfera pública, a un movimiento “privado” en el sentido de que, según muchos afirman, no debería tener algún lugar en la vida pública. Así, aunque puedo comprar una bebida en algún mercado o tienda de la esquina; no puedo sentarme en el viejo templo de la iglesia, cruzando la calle, y participar en un culto de oración. En este caso, la adoración se vuelve invisible; y el cierre de las iglesias parece conspirar con esto. Al decir que cancelaremos temporalmente el culto corporativo y nos reuniremos con otras personas solo en cultos online, realizados en vivo desde la sala de estar de la casa del ministro, podemos dar a entender que, de hecho, no somos más que un grupo de individuos con ideales similares en busca de un pasatiempo arcano[1] privado En este contexto, el problema con la ′′adoración electrónica′′ es que termina convirtiéndose en una ′′adoración platónica′′, es decir, “aislados del mundo entero”. Como ya existen presiones culturales en esta dirección, es muy importante que reconozcamos el peligro.

Afortunadamente, parece que muchas personas que “asistieron a la iglesia” en esta realidad virtual no habían participado en un culto en algún templo físico; tal progreso es motivo de alegría. Sin embargo, nuestras iglesias han sido siglos de recordatorios físicos y audibles - en calles concurridas y en lugares alejados, en los campos y en las ciudades - de un estilo de vida que la modernidad occidental ha intentado sofocar. Sin duda, hemos aprendido muchas cosas en este tiempo de ′′exilio forzado ′′ - esto es exactamente lo que estamos enfrentando, un exilio - pero debemos orar por el día en que nuestros templos funcionarán, en el contexto de nuestra sociedad, de la forma en que fueron planeados.

En otras palabras, me preocupa cómo la iglesia, encontrándose con una gran crisis, siguió dócilmente la opinión de un liderazgo secularizado. A partir del ministerio de Jesús, la señal de la nueva creación ha sido la presencia restauradora del propio Jesús y, sobre todo, su muerte y resurrección. En la realización del culto público al Dios Triúno - observando todas las medidas de seguridad - ha sido siempre una parte importante el enviar esta señal al mundo observador. Cuando Paulo le dice a los filipenses: “Alégrense siempre en el Señor”, la palabra “alegre” no significa solo “siéntase muy feliz en su interior”. Significa: ′′sal a la calle y celebra” - con el debido distanciamiento, por supuesto. Después de todo, muchas otras personas están haciendo esto. En los días de Pablo, había muchas procesiones, fiestas callejeras y ceremonias religiosas en público, de modo que todos podían ver lo que estaba sucediendo. Paulo quería que los seguidores de Jesús hicieran lo mismo. En la Biblia, la palabra ′′alegría ′′ tiene la connotación de algo que se puede oír a cierta distancia. Vea, por ejemplo, Nehemías 12:43.

Me encuentro entre estos dos puntos de vista; y me parece que, ambos son correctos. Entiendo perfectamente que debemos ser responsables y escrupulosamente respetuosos. Estoy alarmado del informe de personas devotas, pero mal orientadas, que ignoran las normas de seguridad porque creen que, como son cristianas, serán protegidas automáticamente contra enfermedades o que, como escuché a alguien decir en la televisión, “estás a salvo dentro de la iglesia porque el diablo no puedes entrar ahí” (Quería decirle a la persona que escuché: “Créame, señora, soy obispo: el diablo entra y sale de allí, como todos los demás”). Este es el tipo de superstición que trae mala reputación a la fe cristiana. Del mismo modo, los debates sobre cerrar las iglesias pueden generar fácilmente controversias similares - entre aquellos, por ejemplo, que el edificio y todos sus elementos han sido parte vital de su espiritualidad y aquellos a los que estas cosas son irrelevantes, ya que cualquier persona puede adorar a Dios en cualquier lugar. Ambos lados pueden aprender de la crisis actual, y haríamos bien en acogernos unos a otros en oración y amor.

Parte de la respuesta a esta oración, como muchos ya han notado, puede ser el de comprender que el momento presente es un tiempo de exilio. Nos encontramos “junto a los ríos de Babilonia”, confundidos y sufriendo la pérdida de nuestra vida normal. “¿Cómo podríamos cantar las canciones del Señor en una tierra extranjera?” (Salmos 137:4) se traduce fácilmente en: “Cómo puedo sentir la alegría de participar en la cena del Señor mirando la pantalla de una computadora? '. O: “Cómo puedo celebrar la entronización de Jesús y el derramamiento del Espíritu Santo sin la compañía de mis hermanos y hermanas?”

Evidentemente, parte de la idea del Salmo 137 es precisamente el hecho de que el poema es, él mismo, una “canción del Señor”. Esta es la ironía: la escritura de un poema cuyo tema es la incapacidad de escribirlo. Así, parte de la disciplina del lamento puede ser el transformar el propio lamento en una canción de tristeza. Tal vez esta sea una de las formas por las cuales somos llamados, actualmente, a ser personas de lamento - lamentando incluso que no podemos lamentarnos de la forma en que normalmente lo hacemos. Debemos analizar estas cuestiones, y las nuevas disciplinas exigidas por nosotros, de la mejor forma posible. Puede ser que esto también deba aceptarse como parte de la vida en Babilonia. Tal vez debamos, como nos orienta Jeremías, establecernos en este régimen y “buscar la paz de la ciudad” en donde estamos [cf. Jr. 29:7, ARC[2]]. Sin embargo, no debemos fingir que es donde queremos estar. No nos olvidemos de Jerusalén, ni decidamos permanecer en el exilio.

A este respecto, las iglesias (y otros grupos como líderes y pensadores judíos) necesitan urgentemente reflexionar y orar sobre lo que puede y debe decirse, sobre cómo decirlo de tal manera que los líderes del mundo occidental puedan escuchar y actuar sabiamente. Con este objetivo en mente, abordamos la sección final de este capítulo."

N.T. Wright, Dios y la Pandemia (RJ: Thomas Nelson, 2020), p. 126-130.

Traducción al español: Lenin MDS



[1] Arcano: Que es secreto, cosa oculta, misteriosa y muy difícil de conocer [Nota del Traductor]

[2] ARC: Biblia Almeida Revisada y Corregida [Nota del Traductor]

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“Cualquier hombre que piensa que es cristiano y que ha aceptado a Cristo para la justificación sin haberlo aceptado al mismo tiempo para la santificación, se halla miserablemente engañado en la experiencia misma”

Archibal A. Hodge

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