Las Obras de Providencia V

Hoy terminamos con el ultimo elemento de las Obras de Providencia de nuestro Dios de la mano del Teólogo Luís berkhof. La próxima entrada será sobre este mismo tema con el comentario del también Teólogo Archibal Alexander Hodge en su comentario de la Confesión de Westminster.

EL GOBIERNO

NATURALEZA DEL GOBIERNO DIVINO

El gobierno divino puede definirse como aquella actividad continua de Dios por medio de la cual gobierna todas las cosas teleológicamente de manera que asegura el cumplimiento del propósito divino. Este gobierno no es simplemente una parte de la divina providencia, sino su todo, precisamente como lo son la preservación y la concurrencia, únicamente que ahora lo consideramos desde el punto de vista del fin hacia el cual Dios está guiando todas las cosas en la creación, es decir, la gloria de su nombre.
1. Es el gobierno de Dios como Rey del universo. Actualmente muchos consideran que la idea de Dios como Rey es una noción anticuada del Antiguo Testamento, y quisieran sustituirla por la idea de Dios como Padre, según se encuentra en el Nuevo Testamento. La idea de la soberanía divina debe ceder su lugar al amor divino. Se cree que esto está en armonía con la noción progresiva de Dios en la Escritura. Pero es un error pensar que la revelación divina, cuando se levanta a sus niveles más altos intenta despojarnos gradualmente de la idea de Dios como Rey, sustituyéndola por la idea de Dios como Padre. Esto ya fue contradicho por la prominencia de la idea del Reino de Dios que se encuentra en las enseñanzas de Jesús. Y si se dijera que dicha enseñanza envuelve solamente la idea de un Reino de Dios especial y limitado, se replicaría que la idea de la paternidad de Dios en los Evangelios está sujeta a las mismas restricciones y limitaciones. Jesús no enseña una paternidad Además, el Nuevo Testamento también enseña el reinado universal de Dios en pasajes como Mat. 11: 25; Hech. 17: 24; I Tim. 1: 17; 6: 15; Apoc. 1: 6; 19: 6. El es a la vez Rey y Padre, y es la fuente de toda autoridad en el cielo y en la tierra, el Rey de Reyes y el Señor de señores.


2. Es un gobierno adaptado a la naturaleza de las criaturas que El gobierna. En el mundo material Dios ha establecido las leyes de la naturaleza, y por medio de ellas gobierna al universo físico. En el mundo mental ejerce su gobierno en forma mediata conforme a las propiedades y leyes de la mente e inmediatamente por medio de la operación directa del Espíritu Santo. En el gobierno y control de los agentes morales hace uso de toda clase de influencias morales, tales como circunstancias, motivos, instrucción y ejemplo; pero también obra directamente por medio de la operación personal del Espíritu Santo sobre el intelecto, la voluntad y el corazón.

LA EXTENSIÓN DE ESTE GOBIERNO

La Biblia declara explícitamente que este gobierno es universal, Sal. 22: 28, 29; 103: 17-19; Dan. 4: 34, 35; I Tim. 6: 15. Es realmente la ejecución de su propósito eterno, que abarca todas sus obras desde el principio, todo lo que fue, es y será. Pero en tanto que es general, también desciende a lo particular. Las cosas más insignificantes, Mat. 10: 29-31, aquello que parece accidental, Prov. 16: 33, las buenas acciones de los hombre, Fil. 2: 13, y también sus malas acciones, Hech. 14: 16, todo está bajo el control divino, Dios es el Rey de Israel, Isa. 33: 22; pero también reina entre las naciones, Sal. 47: 9. Nada puede evadirse de su gobierno.

LAS PROVIDENCIAS EXTRAORDINARIAS O MILAGROS
LA NATURALEZA DE LOS MILAGROS

Se acostumbra hacer distinción entre providencia ordinaria, y providencia extraordinaria. En la primera Dios actúa mediante las segundas causas en estricto acuerdo con las leyes de la naturaleza, aunque haga variar los resultados mediante combinaciones diferentes. Pero en la segunda Dios obra inmediatamente o sin la mediación de las causas secundarias en sus operaciones ordinarias. Dice McPherson: "Milagro es algo que se hace sin el recurso de los medios ordinarios de producción, un resultado conseguido directamente por la primera causa sin la mediación, al menos en la forma acostumbrada, de las segundas causas". 89 La cosa distintiva en el acto milagroso consiste en que es el resultado del ejercicio del poder sobrenatural de Dios.
Y este significa, por consiguiente, que no se produce mediante causas secundarias que operan de acuerdo con las leyes de la naturaleza. Si esto último fuera, no sería sobrenatural (por arriba de lo natural es decir, no sería un milagro. Si Dios, en la ejecución de un milagro utilizó a veces las fuerzas presentes en la naturaleza, las usó en una forma distinta de la ordinaria para producir resultados inesperados, y esto es exactamente lo que constituye el milagro. 90 Cada milagro está por arriba del orden establecido en la naturaleza, pero po demos distinguir diferentes clases, aunque no diferentes grados, de milagros. Hay milagros tan del todo por arriba de la naturaleza que no guarda conexión alguna con algún medio. Pero también hay milagros que son contra media, en los que se emplean medios; pero en tal forma que los resultados son completamente diferentes de lo que usualmente resulta de esos mismos medios.

LA POSIBILIDAD DE LOS MILAGROS

Los milagros son objetables especialmente sobre la base de que implican una violación de las leyes naturales. Algunos procuran escapar de la dificultad conviniendo con Agustín en que los milagros son meras excepciones a la naturaleza tal como la conocemos, dando a entender con ello, que si tuviéramos un conocimiento más completo de la naturaleza podríamos explicarlos en una forma perfectamente natural. Pero esta posición es insostenible puesto que reconoce dos órdenes de la naturaleza, que son contrarios uno al otro. Conforme a uno de ellos el aceite de la botija disminuiría, pero de acuerdo con el otro se multiplicaría; conforme al primero los panes se acabarían poco a poco; pero conforme al segundo se multiplicarían. Además tendría que suponerse que un sistema es superior al otro, porque de no serlo se produciría solamente una colisión y nada resultaría; pero siendo superior uno de ellos parecería que el orden inferior tendría que ser vencido gradualmente y desaparecer. Además, esto le roba al milagro su carácter excepcional puesto que los milagros permanecen como hechos excepcionales en las páginas de la Escritura.

Hay indudablemente cierta uniformidad en la naturaleza; hay leyes que controlan la operación de las causas secundarias en el mundo físico. Pero recordemos que éstas representan meramente el método usual de Dios para trabajar en la naturaleza. Es su beneplácito trabajar en forma ordenada y mediante las causas secundarias. Pero eso no quiere decir que Dios no pueda apartarse del orden establecido y que mediante un simple acto de su voluntad no pueda producirse un efecto extraordinario, que no sería resultado de causas naturales, si lo juzga necesario para el fin previsto. Cuando Dios obra milagros, produce efectos extraordinarios de una manera sobrenatural. Esto significa que los milagros están por arriba de la naturaleza. ¿Diremos que también son contrarios al orden de la naturaleza? Los antiguos teólogos reformados no titubearon en hablar de ellos como de una brecha o de una violación contra las leyes de la naturaleza. Decían que a veces en el caso de un milagro el orden la naturaleza se suspendía temporalmente. El Dr. Bruin sostiene lo correcto de este concepto en su obra Het Christelijk Geloof en de Beoefening der Natuur-wetenschap, y no toma en cuenta los conceptos de Woltjer, Dennert y Bavinck. Pero lo correcto de esa antigua terminología bien puede ponerse en duda.
Cuando se realiza un milagro las leyes de la naturaleza no son violadas, sino reemplazadas en un punto particular mediante una manifestación más 'alta de la voluntad de Dios. Las fuerzas de la naturaleza no son aniquiladas o suspendidas, sino solamente neutralizadas en un punto particular por medio de una fuerza superior a las potencias de la naturaleza.



EL PROPÓSITO DE LOS MILAGROS DE LA BIBLIA

Debe aceptarse que los milagros de la Biblia no fueron ejecutados arbitrariamente, sino con un propósito definido. No fueron simples maravillas, exhibiciones de poder destinadas a causar asombro, sino que tuvieron un significado revelativo. La entrada del pecado en el mundo hizo necesaria la intervención sobrenatural de Dios en el curso de los acontecimientos para la destrucción del pecado y para la renovación de la creación. Mediante un milagro Dios nos dio tanto su revelación verbal especial en la Escritura, como también la suprema y real revelación de Dios en Jesucristo. Los milagros están relacionados con la economía de la redención, una redención que aquellos con frecuencia prefiguran y simbolizan. No aspiran a una violación sino más bien a una restauración de la obra creativa de Dios. He aquí que encontramos ciclos de milagros relacionados con períodos especiales en la historia de la redención, y especialmente durante la época del ministerio público de Cristo y de la fundación de su Iglesia. Estos milagros no tuvieron por resultado la restauración del universo físico. Pero al final de los tiempos habrá otra serie de milagros, los que tendrán por resultado la renovación de la naturaleza para la gloria de Dios, el establecimiento definitivo del Reino de Dios en los nuevos cielos y en la nueva tierra.

bY LeMDS


Ver parte 6

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Comentar

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
“Cualquier hombre que piensa que es cristiano y que ha aceptado a Cristo para la justificación sin haberlo aceptado al mismo tiempo para la santificación, se halla miserablemente engañado en la experiencia misma”

Archibal A. Hodge

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------