La Soberania y la Autoridad de Dios

 

Libro: ¿Salvados de que?.

Autor: R. C. Sproul.

Capitulo 4, Pag. 53 y 54,

Las 3 dimensiones del pecado que necesitan de expiación son: 1). Es pecado es una deuda, 2). El pecado es una acto de animadversión, 3). El pecado es un delito.

 Para entender el pecado como una deuda, debemos entender primero el papel de Dios como creador y soberano del Universo. 

La soberanía de Dios es multifacética. Tiene que ver con su dominio absoluto sobre la naturaleza sobre la naturaleza, la historia, los asuntos de la humanidad. En efecto, la soberanía de Dios se centra en su autoridad sobre toda la creación. La soberanía supone la autoridad. Vemos que la palabra autoridad contiene otra palabra más: la palabra autor. Como Autor de todas las cosas, Dios tiene autoridad sobre todo lo que el crea. Como autor de todas las cosas, es, de ese modo, dueño de todas las cosas. El gobierna sobre lo que ha creado y posee. Dios tiene el derecho intrínseco y absoluto de imponer obligaciones a su creación. El tiene la potestad, y puede ordenar a la luz que brille y a las estrellas que sigan su curso. En nuestra cultura existe, gran confusión con respecto a la naturaleza de la autoridad. Cuando hablamos de autoridad debidamente instituida, hablamos acerca de una persona o cargo que tiene e derecho o cargo que tiene el derecho de imponer obligaciones. Si alguien que tiene autoridad sobre mí emite una orden que es moralmente irrebatible, ese alguien tiene el derecho de imponerla como obligación y yo soy responsable de cumplir con la obligación. Si no cumplo con dicha obligación, debo enfrentar alguna sanción punitiva.

   A eso nos referimos cuando hablamos de la autoridad de Dios. Dios tiene la autoridad de imponer obligaciones a sus criaturas. El exige que le obedezcamos: “seréis santos, porque yo soy santo” (Lv. 11:44). Dios no gobierna por referendo. El no gobierna por plebiscito. El, sencillamente, no dio a Israel diez sugerencias ni diez recomendaciones. 

El da mandamientos, ordena hacer o no hacer algo, que es lo que llamamos ley “apodica” (Ley que surge del sentido de autoridad y soberanía absolutas).  

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