DEL ESTADO DEL
HOMBRE DESPUÉS DE LA MUERTE Y DE LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS
El
cuerpo del hombre después de la muerte vuelve al polvo y ve la corrupción.
(Gen. 3: 19. Hechos 13: 36) pero su alma (que no muere ni duerme,) por tener
una subsistencia inmortal, vuelve inmediatamente a Dios que la dio. (Luc. 22:
43. Ecles. 12: 7.)
El alma de los justos:
siendo hecha entonces perfecta en santidad, es recibida en el más alto cielo en
donde contempla la faz de Dios en luz y gloria, esperando la completa redención
de su cuerpo. (Heb. 12: 23. Fil. 1: 23. I Juan 3: 2. II 5: 1, 6; 8.) El alma de los malvados es arrojada al
infierno en donde permanece atormentada y envuelta en densas tinieblas,
reservada para el juicio del gran día. (Luc. 16: 23, 24. Jud. 6, 7.)
Fuera de estos dos lugares para
las almas separadas de sus cuerpos; las escrituras no reconocen ningún otro.
Esta sección enseña:
1ª Que el hombre está compuesto
de dos elementos distintos, un cuerpo y una alma, y que la muerte consiste en
la separación temporal de éstos.
2ª Que mientras el cuerpo se
descompone en sus elementos químicos, el alma del creyente—(a)—es hecha
inmediatamente perfecta en santidad,— (b)—que durante todo el estado intermedio
entre la muerte y la resurrección continúa consciente, activa y feliz, y—(c)— está
en la presencia de Cristo, quien, después de su ascensión, está sentado a la
diestra de Dios.
3ª Que las almas de los malos
continúan durante su estado intermedio, conscientes y activas, pero en un estado
de tormento penal, esperando el juicio del gran día.
4ª Estas condiciones, sin ser
finales, son irrevocables—esto es que ninguno de los que están con Cristo se
perderá, ni ninguno de los que están en tormento se salvará.
5ª La Escritura no ofrece ninguna
base para la doctrina Romanista sobre que hay más lugares o condiciones
ocupados por los hombres que han muerto, sino sólo habla de los dos estados
mencionados arriba.
II.
Los que sean encontrados vivos en el último día, no morirán sino serán transformados,
(I Tes. 4: 17. I Cor. 15: 51, 52.) y todos los muertos resucitarán con sus
mismos cuerpos y no con otros, aunque teniendo cualidades diferentes, los
cuales se unirán otra vez con sus almas para siempre. Job. 19: 26, 27. I Cor.
15: 42-44.)
III.
Los cuerpos de los injustos resucitarán por el poder de Cristo para deshonra; y
por el Espíritu del mismo, los cuerpos de los justos, para honra; siendo
entonces hechos semejantes al cuerpo glorioso de Cristo. (Hecho 24. 15. Juan 5:
28, 29. Fil. 3: 21).
Estas secciones enseñan:
1ª Que en el último día habrá una
resurrección simultánea de todos los muertos, de los justos y de los injustos.
2a Que aquellos que vivan todavía
sobre la tierra, no morirán, sino serán transformados.
3ª Que los mismos cuerpos que son
sepultados en la tierra, se levantarán y se unirán a sus almas, conservando su
identidad, aun cuando sus cualidades sean cambiadas.
4ª Que los cuerpos de los
creyentes serán hechos a la semejanza del cuerpo glorioso de Cristo—"un
cuerpo espiritual."
5a Que los cuerpos de los reprobos se levantarán para
deshonra.
Referente al
estado intermedio, no debe confundirse con la doctrina romanista del Purgatorio, ellos sostienen que hades o
el mundo inferior comprende varias regiones distintas, a las cuales son
destinadas las almas humanas:—(1)—Las almas de los niños no bautizados van al "Limbus
Infantum", donde ellos permanecen sin sufrimientos, pero sin la visión
de Dios.— (2)—Los creyentes que vivieron en el Antiguo Testamento se fueron al "Limbus
Patrum", donde, aunque sin sufrimientos y sin la visión de Dios,
permanecieron como "espíritus en prisión", hasta que Cristo, en los
tres días que permaneció bajo el poder de la muerte, vino a libertarlos. I Ped.
3:19.20.
La gran mayoría de cristianos
santificados parcialmente, que mueren en comunión con la Iglesia, estando sobrecargados
con sus imperfecciones, van al purgatorio.
Allí
hay un fuego purificador por el cual pasan los cristianos imperfectos.—( b)—Que
puede beneficiarse a las almas que están en el purgatorio, por las oraciones y
misas ofrecidas en favor suyo aquí en la tierra.
Esta doctrina es falsa, porque—(1)—no
se enseña en ninguna parte de la Biblia.— (2)—Se opone a las enseñanzas de la
Escritura sobre un estado intermedio, según lo vimos arriba.— (3)—Descansa sobre
principios anticristianos en cuanto a la expiación de Cristo, en cuanto a la
eficacia de los sufrimientos temporales para expiar el pecado y para purificar
el alma, en cuanto al sacrificio de la misa, las oraciones por los muertos,
etc.
bY LeMS
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