Calvino y sus Comentarios

 Libro: Comentario a la Epístola a los romanos
Por Juan Calvino
Capitulo 3: 22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo,  para todos los que creen en él.  Porque no hay diferencia,
22.  La Justicia de Dios por medio de Jesucristo. El apóstol demuestra en pocas palabras cual sea esta justificación que reside en Jesucristo y es adquirida por la Fe. Por tanto, al mencionar directamente el nombre de Dios, parece decir que El es autor de esta Justicia y no solo quien la aprueba, como si dijese que procede de El solamente o que tiene su origen en el cielo,  pero que es manifestada en Cristo.
Por eso, al tratar este tema, conviene seguir este orden:
Primero, que nos demos cuenta que él  y la decisión de nuestra Justificación no dependen del juicio humano, sino que se relacionan con el tribunal de Dios; en donde ninguna justicia es recibida y aceptada sino por la obediencia perfecta y completa de la Ley, lo cual podemos conocer con seguridad por las promesas y castigos que en ellas se nos hacen; pues jamás encontraremos hombre alguno que posea Santidad tan perfecta  y, por tanto comprenderemos que todos estamos desprovistos y desnudos de justicia.
Después es preciso anteponer a Cristo, quien como Él es solo justo, nos hace justos por medio de su justicia.
Por tal cosa entenderemos que la justicia de la fe es la justicia de Cristo.
Así pues, para que seamos justificados, es preciso que la causa eficiente sea la misericordia de Dios; Cristo, la materia, y la palabra con la fe, el instrumento. Por consiguiente, cuando decimos que la fe justifica, es porque ella sirve de instrumento para recibir a Cristo, por quien la justicia nos es comunicada.
Después de haber sido hechos participantes de Cristo, no solamente somos justos en cuanto a nosotros mismos, sino que también nuestras obras son reputadas como justas delante de Dios. La razón es que en toda imperfección, la impureza es borrada por la Sangre de Cristo. Del mismo modo las promesas que estaban condicionadas se cumplen en nosotros por la misma gracia, en tanto que Dios remunera y recompensa nuestras obras como si fueran perfectas, porque su imperfección es borrada por el perdón gratuito.
Para todos los que creen en El. Para expresarlo mejor repite lo mismo con distintas palabras, para que oigamos mejor lo que ya habíamos oído, es decir: que solamente la fe es requerida, y que lo externo no hace distinción entre los fieles y ni siquiera debemos preguntarnos si son judíos o paganos.


bY LeMS

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“Cualquier hombre que piensa que es cristiano y que ha aceptado a Cristo para la justificación sin haberlo aceptado al mismo tiempo para la santificación, se halla miserablemente engañado en la experiencia misma”

Archibal A. Hodge

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