¿Qué es
eso de “ancilar”? preguntas. “Ancilar” viene de ancila, palabra latina que
quiere decir “criada” o “asistente”. Pero no quiere decir “criada” en el
sentido que hoy en día usamos la palabra. Como la que se dedica a los servicios
domésticos, como la lavandería, el lavar los trastos, y desempolvar los
muebles. En el sentido original, más bien se refería a aquella persona que
atendía a una dama de la corte, cuya función era hacer resaltar la nobleza de
la dama noble. También quería decir que era un auxiliar en todas las funciones
de la dama, era la que trabajaba como acompañante y participaba en la
realización de todas las empresas de la dama. Cuando hablamos de la función
ancilar de la música en el culto, afirmamos que la música juega el papel en el
culto semejante a la función de este tipo, de criada, en la vida de la corte
(de los nobles).
Aunque una de las tareas principales de la iglesia es la evangelización, esto no quiere decir que también sea el fin principal del culto. El culto tiene el fin de glorificar a Dios y preparar la iglesia para glorificarlo en toda su vida. La música es “auxiliar” en esta tarea. Si la orientación del culto fuera sólo la evangelización, ¿cómo se edificaría la congregación para la obra del ministerio que, por supuesto, incluye la evangelización, pero no se limita a ella?
Aunque una de las tareas principales de la iglesia es la evangelización, esto no quiere decir que también sea el fin principal del culto. El culto tiene el fin de glorificar a Dios y preparar la iglesia para glorificarlo en toda su vida. La música es “auxiliar” en esta tarea. Si la orientación del culto fuera sólo la evangelización, ¿cómo se edificaría la congregación para la obra del ministerio que, por supuesto, incluye la evangelización, pero no se limita a ella?
Claro, la
exposición de la Palabra de Dios nunca debe dejar ninguna duda acerca de la
esencia del evangelio, que debe proclamarse en términos que todos, aun los
niños y los incrédulos puedan entender, pero su función es edificar el pueblo
de Dios. En palabras de Pablo, en Efesios 4: 12, su fin es de “perfeccionar a
los Santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo...”
La música
debe caber dentro de este propósito; su propósito no es simplemente
“evangelizar” (aunque todo lo que hace la iglesia es evangelístico), sino el de
“edificar”. Preparar y madurar al pueblo de Dios y capacitarlo para el servicio
(¡que incluye la evangelización!).
La música
debe dirigir la atención del pueblo hacia éste fin y hacer resaltar la
exposición de la Palabra. No importa mucho si la música fuera escrita hace
mucho tiempo, o el día de ayer; la fecha en que fuera escrita no es el criterio
de su valor. Contemporáneo y tradicional, los dos tipos de música son
aceptables si caben adecuadamente dentro del culto y contribuyen a su
propósito. De hecho, en nuestra iglesia, el coro Sión emplea mucha música
contemporánea, y con ella contribuye bien al propósito del culto.
Los coros
también hacen sus conciertos, que nos edifican, pero más bien son oportunidades
para invitar a otras personas, con fines evangelísticos. Debemos hacer más de
esto. Los cultos, sin embargo, deben conservar su carácter “logocéntricos”, o
sea, centrados en la Palabra. En el culto, la música juega un papel importante,
pero es una función ancilar, y no principal. Más bien, acompaña la exposición
de la Palabra para hacer destacar la Palabra. Esto requiere pensamiento y
preparación.
bY LeMS
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Comentar